Rebeldía contra los recortes del gasto social y las libertades políticas del pueblo

Bogotá, marzo 21 de 2012

Corren tiempos de creciente rebeldía popular en el planeta, las salidas de los gobiernos burgueses a la crisis del mundo capitalista no ven el final del túnel, lo demuestran los trabajadores y otros oprimidos rechazando el neoliberalismo económico en Londres, París, Roma, Madrid, Berlín, Estados Unidos y toda Grecia. Inconformidad vista en Egipto, Túnez y otros países africanos manipulados por la CIA y la OTAN. Tampoco se quedan atrás los reclamos de los trabajadores chinos y del oriente.

De otra parte en Palestina, Irán, Afganistán, Irak y Siria los pueblos enfrentan la acción injerencista perversa de los imperialistas yanquis y el sionismo israelí, quienes en ese lugar del mundo confrontan con Rusia y China generando peligros de guerras de distinta dimensión.

América Latina y el Caribe está en pié de lucha, en el Ecuador las organizaciones populares e indígenas han marchado durante dos semanas desde la Amazonía y Esmeraldas hasta llegar a Quito el 22 de marzo para decir sí a la vida digna y la libertad, para decir no al saqueo imperialista y al autoritarismo de Correa.

La crisis la deben pagar los ricos, es ya una consigna que toma fuerza social.

Colombia está sumergida en ese ascendente proceso de luchas sociales. Vio el 9 de marzo pasado una demostración más de la incontenible inconformidad de la juventud y otros sectores populares exigiendo rebajas en las tarifas y mejoras en la calidad de transporte masivo paralizando la capital del país.

Ya Bogotá había sido muestra gigante del vigor juvenil esparcido por nuestra patria. Los universitarios coparon multitudinariamente calles y plazas, obligaron al presidente Juan Manuel Santos a ordenar a su bancada de “unidad nacional” en el Congreso de la República el retiro del proyecto de ley incrementando la privatización de la educación.

Los campesinos salieron de sus parcelas el 6 de marzo a rechazar los engaños de las leyes de tierras y de víctimas que apoya el gobierno. Los derechos humanos también se han defendido rechazando las reaccionarias reformas a la justicia y al sistema pensional.

La defensa de la naturaleza en el Quimbo y Santurbán desató la furia de Santos y la policía antidisturbios se ocupó de apalear manifestantes pero no doblegó la decisión de vencer a las multinacionales saqueadoras de los recursos mineros y del agua.

Los obreros petroleros tercerizados siguen enfrentados a la Pacific Rubiales en clara alianza con toda la población y gran solidaridad nacional del sindicalismo con la USO, chocan con las políticas de Ecopetrol y la Agencia Nacional de Hidrocarburos que agencian intereses de las petroleras imperialistas saqueadoras del recurso y explotadoras de los colombianos con tarifas internas superiores a las de países desarrollados no productores. Similar ocurre con los trabajadores de las multinacionales explotadoras del carbón.

Los oficios de los vendeobreros de la CGT a favor del “acuerdo de unidad nacional” y las poses farisaicas del vicepresidente socialdemócrata Angelino Garzón, no han logrado cooptar a grandes sectores sociales al colaboracionismo con la oligarquía financiera y el capital transnacional representado por el gobierno de Juan M. Santos.

A ese complejo de luchas populares políticas y sociales con tendencia ascendente se suman los fracasos de la “seguridad y la prosperidad democráticas” –que avivan la guerra y ahogan la paz-, para terminar debilitado la inicial pretensión de Santos de canalizar el rechazo al reelegido expresidente con el llamado a un “acuerdo de unidad nacional” y un arrojado cambio de estilo para hacer política. Santos va desde inventarse la “mano negra” y la “extrema izquierda” para desconocer el derecho a la oposición y la existencia de un movimiento popular democrático y de izquierda opuesto al régimen y al gobierno, hasta normalizar relaciones con el Presidente Chávez y Ecuador para recuperar el comercio y lograr colaboración contrainsurgente. Claro, luego desemboca en oficios de agente del departamento de estado gringo en la “Cumbre de la Sumisión de las Américas” citada para Cartagena mientras se desarrolla la Cumbre de los Pueblos del 12 al 14 de abril.

Esas maneras habilidosas de Juan M Santos ejercer el gobierno no han disminuido la polarización y el antagonismo social, estos se revelan con fuerza y estallan cientos de conflictos y situaciones inmanejables con su “acuerdo de unidad nacional”.

Santos teme a la inconformidad, aumenta la penalización de la protesta e intimida al pueblo desde el Estado fortaleciendo el presidencialismo con más protección a militares y policía (fortalecimiento del fuero militar) y de las agencias represivas y de control creadas con su reforma administrativa.

Acude al show populista con la Ley de tierras citando concentraciones para ganarse al campesinado, pero NO invierte la carga de la prueba a favor de los desplazados y terminará legalizando a los actuales tenedores, al tiempo aplica la Ley neoliberal Agro Ingreso Seguro.

La otra jugada es con la Ley de víctimas volviendo la reparación unos pocos millones de pesos, sin nada de verdad y sin garantías de NO repetición de las causas de la violencia.

Ese temor gubernamental está fundado en los pies de barro de la economía de las “locomotoras” del saqueo minero-energético, en la pérdida acelerada del empleo, de la autosuficiencia alimentaria y la desindustrialización por el crecimiento de las importaciones ahora fomentadas por las imposiciones del leonino TLC con los imperialistas yanquis y otros países beneficiarios como Corea.

El oneroso pago de la deuda a los especuladores de la banca multilateral y el alto gasto militarista consumen el presupuesto. La fatalidad del gobierno es un faltante fiscal insoluble con el raponazo a las regalías de las regiones mineras, ni con la nueva reforma tributaria a favor de los ricos o con la extinción del derecho a pensionarse. Además las fórmulas para privatizar más salud y educación tienen poco espacio por sus debilidades estructurales neoliberales y los alcances de la lucha popular.

Los titulares sobre “prosperidad democrática” los están sepultando los derrumbes de carreteras y casas por inundaciones con damnificados por doquier, el mayor desempleo, los bajos salarios, el alto costo de vida, la falta de vivienda digna, las muertes por desatención médica, los muchísimos ancianos desamparados, los jóvenes sin futuro y otras lacras sociales lanzan a la batalla a muchos miles y mañana a millones de colombianos que encontrarán en la preparación y realización del Paro Cívico Nacional un espacio de combate político y social para avanzar hacia la conquista de urgentes reivindicaciones económicas, sociales y políticas.

¡Viva la Cumbre de los Pueblos… Abajo la Cumbre de las Américas!

¡Fuera imperialistas yanquis de Colombia y América Latina!

¡A preparar y organizar el Paro Cívico Nacional!

Coordinador Nacional

Movimiento por la Constituyente Popular, MCP-POLO

mcp_adelante@yahoo.com

www.constituyentepopular.org

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