Por OVER DORADO CARDONA
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Julio, 20 de 2009

Sin lugar a dudas, lo ocurrido en la hermana nación de Honduras la podemos caracterizar como un golpe de estado. Detrás de este golpe de Estado contra Manuel Zelaya – Presidente legal y legítimo de Honduras, está implicado el gobierno de Los Estados Unidos en cabeza hoy, de Barack Obama.


La presencia militar de los Estados Unidos en Honduras no ha sido un secreto. Con una base militar de Soto Cano –Palmerola- Se autoriza el golpe de Estado, pues sin duda, lo reconoce tácitamente, volviéndose en cómplice por la negativa de retirar su apoyo a la bota militar de Honduras cuando encabezan el golpe el día 28 de junio de 2009.

Es claro, que es el gobierno Norte Americano a través del Departamento de Estado y el Congreso quienes han gestionado, aprobado y asesorado a todos aquellos que directamente han tenido que ver con este golpe de Estado. Además, Es a través del Pentágono que se ha armado, capacitado y entrenado al Ejército hondureño que perpetró el golpe.

Cabe resaltar, que desde el primer día en que se presenta la toma de facto del gobierno de Honduras, el gobierno de los Estados Unidos no ha reconocido el golpe de Estado sino que se ha atrevido a decir que esto es solo “ dos partes involucradas y que se hace necesario el diálogo para poder restituir el orden constitucional”, lo que expresa a las claras una legitimación por el gobierno Norte americano a los golpistas.

La Secretaria de Estado Hillary Clinton, ha sido “prudente” en calificar a los golpistas como golpistas y directamente ha estado asesorada por Hugo Lorens –Embajador de los EEUU en Tegucigalpa-, quien de acuerdo a los informes internacionales está claramente implicado en la coordinación y expulsión del Presidente legal y legítimo Manuel Zelaya.

Toda esta actitud del gobierno Norte americano de negarse a calificar los sucesos de Honduras como un golpe de Estado, no ha permitido que organizaciones como la OEA que es además un instrumento del imperialismo N.A. hayan asumido posiciones de rechazo a los golpistas; que los EEUU, a través de su Congreso no hayan ni congelado ni suspendido el apoyo financiero y el comercio con este país.

La estrategia del gobierno de Obama es dilatar y dilatar para que el gobierno golpista genere condiciones para quedarse en el poder o lograr que siga un títere del gobierno NA. Lograr quebrar la resistencia y la confrontación que hacen grandes sectores de la sociedad en Honduras para restituir el gobierno legal y legítimo de Zelaya.

Los vínculos de los EEUU con el continente Americano, siempre han buscado y buscan adecuarlos a sus retos y pretensiones económicas y políticos norteamericanos. No es otra cosa, que seguir colocándonos como su patio trasero. Honduras no escapa a lo anterior. El Gobierno Norte americano, con Obama continua, en esencia con su naturaleza y carácter pero con un método y estilo diferente. Esto, hace que se le vea diferente pero que en ningún momento pierden sus objetivos estratégicos y tácticos.

La “nueva diplomacia gringa” que la llaman “poder inteligente” el gobierno de Obama no solo sabía, sino que creó la condiciones del golpe de Estado en Honduras. Altos miembros del gobierno Norte americano estuvieron en Honduras una semana antes al golpe, donde sostuvieron reuniones con organizaciones civiles y militares que llevaron a cabo el golpe.

Como lo escribe Eva Golinder en su texto: Washington y el golpe de Estado en Honduras: Aquí están las pruebas. “Esta manera de desviar el tema, manipular el asunto y aparecer asumiendo una posición cuando en realidad las actuaciones demuestran lo contrario, forma parte de la nueva doctrina de Obama denominada “smart power” (poder inteligente), que pretende lograr los objetivos imperiales sin satanizar al gobierno de Washington. “Smart Power” es “la capacidad de combinar el ‘poder duro’ con el ‘poder suave’ para lograr una estrategia victoriosa. El ‘Smart Power’ utiliza estratégicamente la diplomacia, la persuasión, la construcción de capacidades, la proyección del poder militar, económico y político y la influencia imperial, de manera efectiva, con una legitimidad política y social.” Esencialmente, es una mezcla de la fuerza militar con todas las formas de la diplomacia, con énfasis en el uso de la “promoción de la democracia” como táctica para influir en el destino de los pueblos, en vez de perpetrar una invasión militar.

Los golpistas acusan a Manuel Zelaya de ir en contra del “Estado de derecho” por crear unas relaciones diferentes de tipo comercial, económico –El ALBA- y político; por querer adelantar una convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente, que no es otra cosa que un mecanismo de participación ciudadana en el marco constitucional de Honduras.

La pregunta que cabe hacernos es: ¿Hasta dónde está dispuesto el imperialismo NA dejar avanzar más los gobiernos alternativos en el continente americano?. El gobierno Norte Americano, considera nocivo desde todo punto de vista dejar prosperar y avanzar las luchas revolucionarias, democráticas y de liberación en el continente, dejar que se establezcan gobiernos que no pueda controlar y el del Manuel Zelaya no escapa a esta pretensión.

Por eso con toda clase de pretextos y de falsos argumentos, el imperialismo NA, no ha vacilado en dar los golpes de estados que se requieran o, directamente o por intermedio de terceros. Lo que en última instancia busca es que se borre del continente la posibilidad de libertad, soberanía, bienestar y democracia para el pueblo.

Los demócratas, que amamos el progreso y estamos por cambios a favor de las grandes mayorías, estamos indignados por estos hechos y hacemos un llamado al pueblo hondureño, al movimiento político, social y popular para que no solo denuncie sino que se movilice y confronte este golpe de estado.

Me sumo al respaldo del Presidente Manuel Zelaya y su política a favor del pueblo hondureño, expresando además, mi apoyo a las movilizaciones y luchas que adelantan los trabajadores y el pueblo hondureño por democracia, por el derecho a la autodeterminación, la soberanía y bienestar.

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